Cómo si fuera un venado lampareado se le fueron encima a Xóchitl Gálvez por lo de su título profesional. Por un error de ella, sí, pero un tipo de error que no cualquiera reconoce. Los que la acechan aprovecharon que la vieron sola y acusaron a su equipo de carecer de estrategias de control de daños, de falta de previsión y la ausencia de estructura para contención ante escenarios de riesgo frente a la opinión pública.
Xóchitl está iniciando una tarea de gran calado y el equipo está en ciernes, se irá conformando poco a poco. Por lo pronto, esos fatalistas propios y extraños, que aseguraron que se desató una crisis ya difícil de librar, provocaron una reacción de la oposición. Se apresuró el nombramiento de los voceros de Xóchitl y claro de inmediato, Noroñá salió con que no les tiene miedo. ¡Ya veremos! Es un hablador que va a caer por su propia boca.
Y a los catastrofistas que predicen que van a bajar a Xóchitl de la candidatura presidencial a raíz del escándalo de la titulación, yo les respondo que no la conocen. Ella tiene la fortaleza del carácter para mantenerse en la contienda.
No seré vocera de Xóchitl Gálvez
En esta guerra de propaganda, lo mejor que puedo hacer es comunicar desde las tres plataformas: la tribuna del Senado, un medio digital y un medio tradicional.